Tu próximo coche quizás no salga de la factoría de Volkswagen, Stellantis, BMW o Renault, sino de Sony. Sí, el mismo gigante tecnológico que quizás haya fabricado los auriculares que usas, tu móvil o esa PS5 con la que llevas varios meses soñando. La firma nipona ya presentó a principios de 2020 un prototipo de vehículo eléctrico y se ha aliado con Honda para plantar cara a Tesla. Ahora reconoce abiertamente que aspira a convertirse en un proveedor clave para las principales marcas.
FUENTE: Xataka.
El objetivo: diversificar su línea de negocio. Y asegurarse de
paso su presencia en la movilidad eléctrica, uno de los grandes trenes del
sector tecnológico para los próximos años.
No lo quiere Sony ni otros grandes conglomerados, que han
iniciado ya un camino similar.
¿Cuáles son los planes de Sony? Hace unos días la
multinacional nipona explicaba que en cuestión de tres años quiere surtir de
sensores a 15 de los 20 principales fabricantes de automóviles del mercado
mundial. “Esperamos estar haciendo negocios en el sector de los sensores de
imagen para automóviles con el 75% de los 20 principales fabricantes del mundo
en el año financiero 2025”, reconoció Terushi Shimizu, directivo de Sony,
durante un encuentro con inversores.
De cumplirse sus previsiones, esa selecta veintena de firmas
en las que tiene puesto los ojos fabricarán alrededor del 80% de los coches que
se vendan en el mundo en tres años. Para lograrlo —avanza Financial Times— Sony
prevé invertir unos 7.000 millones de dólares en el desarrollo de sensores de imagen
entre 2021 y 2023, lo que triplicaría casi los fondos que dedicó de 2015 a
2017.
Una apuesta que ya viene de atrás. El de Sony no es un
objetivo menor y demuestra con claridad su apuesta por la movilidad eléctrica y
autónoma; pero, sobre todo, confirma una estrategia que la multinacional
japonesa activó hace ya tiempo. A principios de 2020, la compañía presentó su
prototipo Vision-S, un sedán provisto de una treintena de sensores diseñados
para monitorear tanto el exterior como el interior, y sus nuevos LIDAR
diseñados precisamente para automóviles autónomos.
No ha sido el único movimiento en esa dirección. A finales de
2021 arrancaba sus pruebas y a principios de 2022 daba varios pasos más al
lanzar su propia división de movilidad, Sony Mobility Inc, y anunciar
Vision-S02, un modelo cien por cien eléctrico. Quizás su apuesta más importante
durante los últimos meses haya sido, sin embargo, el anuncio de una alianza con
Honda para el lanzamiento de nuevos modelos eléctricos. En marzo Financial
Times apuntaba que el objetivo último pasaría por el lanzamiento antes de 2022
y que el primer modelo eléctrico estaría ya en 2025.
Un giro en el que Sony no está solo. Sony no es la única
multunacional tecnológica que ha decidido apostar de lleno por la movilidad
eléctrica. Camino similar han emprendido otras grandes multinacionales, como
Xiaomi, Apple o Google. Huawey, por ejemplo, presentó su primer motor eléctrico
para automoción a finales de 2020 y —de la mano de Seres— creó la marca Aito,
que lanzaba hace nada más unos meses el M5, un SUV centrado en el mercado chino.
Desde 2018 se apunta que en Cupertino están trabajando también
en un Apple Car que, según deslizaba Bloomberg en noviembre, podría estar listo
en 2025. En el caso de Xiaomi se apunta que la fabricación del vehículo M1
podría arrancar durante la primera mitad de 2024 y Google lleva tiempo
trabajando ya en Waymo, con pruebas de coche autónomo en San Francisco.
Una oportunidad que nadie quiere perder. Esa es realmente la
clave. En plena transformación de la movilidad, con los vehículos de combustión
fósil con fecha de caducidad en el mercado europeo, un interés creciente en la
conducción autónoma y un peso cada vez mayor del software ha hecho que grandes
tecnológicas miren con un interés creciente el sector del transporte.
Les ayuda la relativa simplicidad de los motores, si se
comparan con los de combustión, y el plus que supone para su propia imagen de
marca el asociarse con un modelo de negocio verde y limpio. El gran reto es
cómo dar el salto. Xiaomi parece aspirar por ejemplo, a producir sus propios
coches y controlar todo el proceso de fabricación, pero en el sector se dan
también alianzas, como la anunciada por Sony y Honda, Volvo y Luminar o Waymo y
Jaguar Land Rover.
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